top of page

Divinidad: Antes de todo Principio

¿La Soledad de Dios? por el Pastor Amador Valenzuela


La Biblia nos enseña que Dios es eterno y que todas las cosas existen por Él. Colosenses 1:17 declara: "Él es antes de todas las cosas, y por Él todas las cosas subsisten". También el Salmo 90:2 dice: "Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, Tú eres Dios". Esto nos revela que Dios es sin principio ni fin, infinito y eterno.

Dios Antes de la Creación

Antes de que existiera cualquier cosa, Dios ya era. Antes de los cielos, los ángeles, el universo y el mismo trono celestial, Dios habitó en soledad. No necesitó de la creación para existir ni para ser quien es. Isaías 43:10 afirma: "Antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí". Dios es autoexistente y suficiente en Sí mismo.

Pero, ¿qué significa que Dios estuvo en soledad? No es la soledad humana, que implica carencia o vacío. Dios nunca ha necesitado nada fuera de Él mismo. Antes de la creación, era tan perfecto y completo como después de haberla hecho. No creó por necesidad ni por falta de algo, sino por el puro afecto de Su voluntad (Efesios 1:5).

Dios No Cambia

Dios es inmutable. Santiago 1:17 nos dice: "Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza ni sombra de variación". Malaquías 3:6 también declara: "Porque yo Jehová, no cambio".

Si Dios cambiara al crear, eso implicaría que antes no era perfecto. Pero Dios no gana ni pierde nada con la existencia del universo. Él sigue siendo el mismo, inalterable en Su naturaleza y esencia.

A menudo, los humanos caemos en la arrogancia de pensar que nuestras acciones afectan a Dios. Como Job, quien en su dolor cuestionó a Dios, diciendo que discutiría con Él y saldría justificado (Job 23:3-7). Sin embargo, cuando Dios le respondió desde el torbellino, lo confrontó con preguntas que demostraban su insignificancia: "¿Dónde estabas tú cuando Yo fundaba la tierra?" (Job 38:4). Finalmente, Job reconoció su error: "Hablaba lo que no entendía, cosas demasiado maravillosas para mí" (Job 42:3).

Nuestra Insignificancia ante Dios

La humanidad se considera grande, pero ante Dios somos menos que nada. Daniel 4:35 dice: "Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y Él hace según Su voluntad en el ejército del cielo y en los habitantes de la tierra, y no hay quien estorbe Su mano".

Isaías 40:17 refuerza esto: "Como nada son todas las gentes delante de Él; y en su comparación serán estimadas en menos que nada". Si todo el universo y sus ejércitos se levantaran contra Dios, no podrían hacerle el menor daño. Satanás mismo, quien se rebeló y arrastró a una tercera parte de los ángeles, no ha podido afectar a Dios en lo más mínimo.

Siendo así, ¿por qué nos creemos tan importantes como para desafiar a Dios? Algunos, en su ignorancia, dicen: "Si Dios no me responde, entonces pecaré más". Pero Job 35:6-8 nos aclara que nuestros pecados no afectan a Dios: "Si pecares, ¿qué habrás logrado contra Él? Y si tus rebeliones se multiplicaren, ¿qué Le harás tú?". Del mismo modo, nuestra justicia tampoco Le da algo a Dios: "Si fueres justo, ¿qué Le darás a Él? ¿O qué recibirá de tu mano?".

Dios No Necesitaba Crearnos, Pero Nos Creó

Si Dios no necesitaba nada, ¿por qué nos creó? La respuesta está en Efesios 1:9-11: "Él nos dio a conocer el misterio de Su voluntad, según Su beneplácito, el cual se había propuesto en Sí mismo... según el consejo de Su voluntad". Dios nos creó por Su propia decisión, no por necesidad.

Esto nos muestra cuán grande es Su amor. No nos creó porque le hiciéramos falta, sino porque quiso compartir Su gloria con nosotros. Aunque somos insignificantes ante Él, nos concede el privilegio de existir y conocerle.



 
 
 

Comentarios


bottom of page