¡Despertemos, Iglesia! Hay jóvenes muriendo sin Cristo.
- Victor Manuel Garcia
- hace 8 horas
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Sabemos que hoy, más que nunca, los jóvenes están siendo atacados y bombardeados por un sistema que ha legalizado el pecado en casi cada rincón. Se puede comprar drogas, alcohol y armas con facilidad. El homosexualismo y el lesbianismo, lejos de ser tratados con comprensión y guía espiritual, se promueven abiertamente, generando confusión y traumas profundos en muchas mentes jóvenes.
Muchos de estos jóvenes han crecido sin un padre o una madre presente, porque el divorcio va en aumento, y con él, la falta de identidad y de amor verdadero. Duele mirar cómo tantos jóvenes se pierden y mueren a temprana edad por causa de las drogas, el alcohol o la violencia.
Recuerdo a un joven que conocí en un trabajo. Era hijo único y había crecido solo con su madre. Lo notaba inseguro, solía inventar historias y en su mirada se podía ver claramente una necesidad profunda de amor. Su vida era vacía. Con el tiempo comenzó a beber más y más. Entonces decidí hablarle de Cristo, invitarlo a la iglesia, mostrarle que había esperanza.
Pasaron los meses y se fue a vivir a México. Hace poco me llamaron para decirme que había muerto de cirrosis, consecuencia de su alcoholismo.
Aquello me marcó profundamente. Desde entonces me pregunto: ¿Qué está haciendo la Iglesia? ¿Estamos siendo luz solo dentro del templo, mientras miles de jóvenes se pierden allá afuera?
Hay mucho pueblo de Dios escondido entre los jóvenes de las calles. Yo mismo fui uno de ellos. Un día, un hermano se tomó el tiempo de hablarme del Señor. Fue un instrumento de Dios para sacarme de las drogas y el alcohol. Hoy soy testimonio de lo que Cristo puede hacer cuando alguien se atreve a salir y compartir su amor.
Seamos también nosotros esa Iglesia que no se queda dormida ni acomodada. No esperemos que los jóvenes lleguen solos. Vayamos hacia ellos con la Palabra viva, con compasión y con verdad. Que el fuego del Espíritu nos despierte. ¡Todavía hay esperanza para esta generación!
Bendiciones, hermanos
